Muero.
Muero.
Muero.
Muero.
Muero.
Y pensé que no iba a pasar más de un instante. Sin embargo, acá estoy: aún sin terminar de morir. Este es el peor castigo que puede tener cualquier mortal saber que va a morir, pero no saber cuando. Saber que se está muriendo lentamente, pero nunca llega la muerte final. Saber que duele tanto, tan estrepitosamente, tan violento, hasta desear que venga lo más rápido posible para que, como todo, se vaya, y saber que aunque alguna vez muera, ese dolor no va a morir conmigo.[...]"
Juanita y yo, Capitulo XIV: Nirvana.
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