martes, 10 de febrero de 2015

chau mamá

No me sorprende que la vida me haya pegado una piña en la cara. Es mas, creo que hacia mucho tiempo que no me la ponia de esa manera.
¡La pucha que cuesta sostener el equilibrio! Y yo que siempre me creo que estoy en lo alto de la ola, el mar -mas grande que yo por obviedad- me acaricia para sumergirme de lleno en el.
Y volver a empezar de cero.
No me preocupa tampoco. Me he levantado muchas veces, estoy mas curtida, como mis manos las que hace un tiempo ya que tocan una guitarra.
De todas maneras el cambio nunca puede ser malo. Nunca lo sera mientras siga creciendo.
Y para crecer tengo que partir, asi tambien ella entiende que el pichon es libre y ya salio debajo de su ala hace rato.
Supongo que sabras comprender cuando este volcan se le apague y puedas razonar sobre sus actitudes, esas mismas actitudes que le opacan eso tan lindo que mi madre tiene como ser.
No sientas mas culpa mamá. Errar es humano porque todos nos equivocamos, como vos te equivocaste conmigo, como yo me equivoque con vos. Pero yo te perdono y siempre te perdoné porque el amor tiene esas cosas de sanar, viste?
Pero ya no puedo volver a refugiarme en tu ala porque es tiempo de que construya mi nido. Como vos construiste el tuyo alguna vez.

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