Me prometiste un cielo y me diste un triste blues,
me juraste un amor eterno que solo duró una juventud.
¿Cuantos corazones necesitas romper
para darte cuenta de lo que realmente querés?
Dijiste que siempre sería yo,
que eso te pasaba solo cuando somos dos.
¿Cuantas confusiones necesitas tener
para no volverte a equivocar otra vez?
¿Y que hay ahora de distinto?
¿Donde encontrás esa magia que ya viviste tantas veces?
¡Siempre jugás a lo mismo!
Y en el final chocarte con la triste melodía
esa que antes tu alma encendía,
dejarte un sabor amargo, un alma ajena rota,
las huellas de una nueva y vieja historia,
y una canción que sabe a derrota.
¡Mirame ahora! Sigo caminando sola como decía tu canción,
cargo una mochila, ahora con una nueva traición.
Todas tus palabras resuenan en mi canto
¿A cuantas personas le ofrecerás ese encanto?
Dicen que el amor es solo un juego.
Pero que nadie más me invite a una ronda,
no tengo nada para apostarle a nadie,
no necesito perder o ganar.
Después de toda nuestra historia
lo único que queda viva es una certeza:
La esperanza también se termina
dejando a mi alma en la deriva.
Dicen que el amor es solo un juego,
y solo estoy segura de una cosa:
Nada es para siempre y no me gusta sentirme vacía.
Acobardada de emociones significativas,
recojo todas las fichas y me escapo hacia la incertidumbre.
No me vuelvan a invitar jamás,
si me vuelvo a enamorar el final desencadenaría igual
Y a este juego de mierda yo no juego nunca más.
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